Ferias virtuales son similares a los recintos feriales presenciales, con la diferencia de que tienen lugar en línea y, por supuesto, de que el contacto humano es insustituible. Su formato permite que profesionales de todo el mundo se reúnan en un espacio y tiempo determinados utilizando únicamente su conexión a internet, y sin los efectos secundarios de desplazarse a otro punto geográfico.
En este tipo de eventos en línea, los participantes visitan una serie de stands virtuales donde pueden interactuar con otros profesionales a través de chats privados y videollamadas, así como obtener contenidos digitales en forma de documentos, vídeos y enlaces sobre los productos o servicios de la empresa.
Además, ferias virtuales son una excelente alternativa para fidelizar a los clientes y aumentar el alcance y la visibilidad de la marca. Por este motivo, cada vez más empresas apuestan por nuevas tecnologías y desarrollar este tipo de actos.
Ventajas de las ferias virtuales
Fácil de gestionar
Durante una feria virtual, dispone de más control sobre el desarrollo de las actividades. De hecho, no hay que preocuparse por problemas logísticos relacionados con el alquiler de espacios, la disposición del mobiliario o la formación del personal.
Tampoco habrá el estrés habitual que supone tener que estar en distintos lugares para hablar con expositores o asistentes durante el evento, pudiendo entablar varias conversaciones seguidas en cuestión de segundos.
De este modo, resulta más fácil centrarse en garantizar el funcionamiento de todas las herramientas digitales necesarias para ofrecer una experiencia fluida a los participantes.
Mejorar la experiencia con la marca
Cuando una empresa celebra una feria virtual, muestra su voluntad de aplicar los avances tecnológicos y ofrecer nuevas experiencias a sus clientes.
La gente se siente atraída por experiencias innovadoras como ésa, así que es muy probable que los asistentes se conviertan en clientes y los clientes, en embajadores de la marca.
Del mismo modo, los asistentes a ferias virtuales reciben una atención personalizada, igual que en los eventos físicos. Por ello, su experiencia con la marca suele ser gratificante y satisfactoria.
Esta filosofía empresarial innovadora representa una oportunidad para posicionarse como ejemplo en su sector ante los consumidores y otras empresas competidoras.
Proporcionar datos sobre clientes potenciales
Una de las mayores ventajas de las ferias virtuales es que permiten recopilar información sobre los asistentes, que pueden ser clientes o clientes potenciales, en tiempo real.
Estos datos se obtienen desde el momento en que los participantes registran su asistencia y son útiles para conocer el perfil de los consumidores de la marca y, posteriormente, crear campañas de marketing que les motiven hacia un objetivo concreto y ofrezcan soluciones que satisfagan sus necesidades específicas.
Reducir costes
Al organizar un acto en línea, el coste de explotación disminuye considerablemente. No es necesario invertir en transporte, alojamiento ni personal de servicio. Tampoco hay gastos relacionados con el alquiler del espacio, la impresión de elementos publicitarios o en promoción del evento.
Asimismo, se descartan los gastos imprevistos, ya que en el mundo digital prácticamente no hay situaciones inesperadas. Por lo tanto, el presupuesto inicial puede mantenerse de principio a fin.
En general, un evento en línea requiere menos costes que un evento físico y garantiza un mayor control sobre el retorno de la inversión.
Aumentar el alcance de la empresa
Cuando se organiza un evento físico, es habitual preguntarse si el lugar, la hora y la fecha son convenientes para los asistentes. La accesibilidad para discapacitados y la disponibilidad de un aparcamiento cercano para quienes se movilizan en su vehículo también son factores que se tienen en cuenta.
A pesar de ello, hay un gran número de personas y clientes potenciales que no pueden asistir por motivos geográficos, temporales o económicos. limitaciones.
En cambio, para asistir a una feria virtual sólo se necesita un ordenador o dispositivo móvil con conexión a internet. De este modo, los participantes pueden asistir desde cualquier parte del mundo, por lo que el índice de asistencia supera con creces el de un evento físico.
Al mismo tiempo, la empresa aumenta su alcance y exposición, de modo que más gente puede conocerla e interesarse por sus productos y servicios.
Optimizar la gestión del tiempo
Las ferias virtuales son más ágil que las físicas.
Los participantes no necesitan desplazarse de un lugar a otro ni reservar gran parte del día para asistir al evento. Mientras se desarrolla la feria virtual, pueden ir directamente a los stands que les interesan y obtener la información que buscan a su propio ritmo y con mayor eficacia.
Incluso los organizadores de una feria virtual ahorran más tiempo del que se invierte en planificar un evento físico.
Esto facilita que las personas implicadas gestionen su tiempo de acuerdo con su estilo de vida y se sientan más cómodas con la experiencia.
Ofrecen resultados mensurables
En el mundo digital, cada acción es medible. Los datos obtenidos sobre el evento y los asistentes permiten evaluar el rendimiento de la inversión, orientar las próximas acciones, planificar futuras estrategias de marketing y reconocer los puntos débiles y los aciertos.
La información recopilada incluye el número de participantes, su ubicación geográfica y sus intereses en función de su actividad en la feria virtual; así como su nivel de satisfacción una vez finalizada.
También es posible medir el alcance del evento y la eficacia de las estrategias de publicidad en línea, entre otros aspectos. Por tanto, la empresa puede hacer un seguimiento de los asistentes y de los resultados de su inversión desde el primer día.
Un espacio en red
En las ferias virtuales abundan las oportunidades de conocer a otros profesionales de la zona.
Los asistentes pueden acceder a una sección para participar en conversaciones de grupo y foros de debate, así como ponerse en contacto con otros participantes para charlar en privado por chat o videollamada.
Para hacer el experiencia en redes más eficaz, los organizadores pueden segmentar a los participantes por temas de interés o por perfiles.
Así, las ferias virtuales simulan los encuentros que suelen producirse en los eventos físicos. A su vez, los participantes amplían su red de contactos y establecen relaciones valiosas para su desarrollo profesional.
Demostrar responsabilidad social
La realización de un acto físico conlleva un impacto medioambiental. Sobre todo, si se tienen en cuenta las emisiones de CO2 que se producen por el transporte de personas y materiales hasta el lugar del evento, y la cantidad de residuos que se generan una vez finalizado.
En cambio, para participar en un evento en línea, la gente no necesita transporte terrestre ni aéreo.
Al final del día, tampoco quedan materiales corporativos y de construcción como residuos; de tal forma que las ferias virtuales reducen al mínimo el impacto medioambiental y se convierten en una buena forma de mostrar la Responsabilidad Social de la empresa.
Garantizar el respaldo de la información
Los asistentes reciben información en formato de vídeos, documentos y enlaces; para que puedan archivarlo y consultarlo siempre que lo necesiten.
A diferencia de los eventos físicos, no necesitan guardar tarjetas de visita, folletos o notas que podrían estropearse o perderse. Por tanto, el soporte de la información obtenida en una feria virtual es más eficiente.
Resumiendo, ferias virtuales presentan importantes ventajas frente a los físicos. Además, forman parte de la era digital que nos invita a renovar y transformar las viejas costumbres simplificando los procesos y haciéndolos más eficientes de la mano de la tecnología.